“No necesitamos contraponernos ni enfrentarnos frontalmente a nada ni a nadie para reafirmar lo que somos; no precisamos proclamar lo que no somos ni infringir normas para sentir la importancia del significado de ser gallegos y gallegas en Galicia y en España”, asevera
“No hay mayor desprecio hacia un pueblo que emplear el amor a la tierra como herramienta para dividir y enfrentar a los ciudadanos. Ahí nunca estuvo Albor, y ahí nunca estará Galicia”, dice
Asegura que Galicia “construyó una autonomía sobre el respeto a la ley, a la convivencia y, sobre todo, apoyándonos unos gallegos en otros. De ahí el éxito colectivo del que sentirnos orgullosos como país”
Al presidente Fernández Albor, asegura, le debemos la idea de la ‘política paulatina’, puesto que la historia los demuestran que las “grandes transformaciones se consiguen mediante pequeños pasos, y no con acciones drásticas o gestos solemnes”
El presidente del Gobierno gallego, Alberto Núñez Feijóo, defendió hoy el galleguismo como un autonomismo integrador que busca sumar y no restar, y que no se define por oposición sino por orgullo de pertenencia. “No necesitamos contraponernos ni enfrentarnos frontalmente a nada ni a nadie para reafirmar lo que somos; no precisamos proclamar lo que no somos ni infringir normas para sentir la importancia del significado de ser gallegos y gallegas en la Galicia actual y en la España actual”, ha aseverado.
Así se ha expresado en la presentación del libro “Xerardo Fernández Albor, discursos parlamentarios. Primer volumen de la colección del Parlamento dedicada a los presidentes de Galicia”, donde ha asegurado que Galicia entiende el galleguismo “como nexo de unión entre los gallegos, como un sentimiento compartido que cohesiona el país”. “No hay mayor desprecio hacia un pueblo que emplear el amor a la tierra como herramienta para dividir y enfrentar a los ciudadanos. Ahí nunca estuvo Albor, y ahí nunca estará Galicia”, ha apostillado.
Feijóo ha asegurado que Galicia “construyó una autonomía sobre el respeto a la ley, a la convivencia y, sobre todo, apoyándonos unos gallegos en otros. De ahí el éxito colectivo del que sentirnos orgullosos como país”, ha dicho. A los que, sin embargo, la autonomía “les sabe a poco, y más que construir proponen destruir contra la ley, la convivencia, y dividiendo al pueblo, sólo obtendrán el contrario: el fracaso”.
Según ha indicado, son valores que se encarnan en la figura de Xerardo Fernández Albor, “un hombre en el que los gallegos vemos un padre; un padre que supo representar las mejores virtudes de un pueblo, y transformarlas en hechos y sentimientos”, ha dicho. “Galicia contó con él y, gracias a esa feliz circunstancia, el nuevo marco político será también una continuidad con lo mejor de nuestro pasado”.
El titular de la Xunta se ha referido al ‘sentidiño’ predicado por Albor que, según ha dicho, “consistía en aplicar esa cultura del entendimiento a la política práctica”. Y, en esta línea, añadió que para “ser sanadora de las dolencias de Galicia, la Autonomía necesitaba dirigentes escuchadores que supieran encontrar los remedios en el propio sentimiento colectivo”.
La política paulatina
Al presidente Fernández Albor, ha agregado, le debemos la idea de la ‘política paulatina’, puesto que la historia nos demuestra que las “grandes transformaciones se consiguen mediante pequeños pasos, y no con acciones drásticas o gestos solemnes”. Esos pequeños pasos “transformaron una Xunta proveída de más ilusiones que facultáis, en una Administración moderna al servicio de la ciudadanía”. Y el más importante, ha añadido, “es que esos pasos cortos pero intensos, decididos e irreversibles, fueron dados por la mayoría de los gallegos”.
En su intervención, el titular de la Xunta ha tenido palabras también para la presidenta del Parlamento gallego, Pilar Rojo, diputada electa en Cortes, a quien le ha reconocido que supo ejercer con elegancia a difícil arbitraje parlamentario y transformar “las líneas rojas en grandes símbolos de suma”.