“No se puede atraer industrias a zonas donde el precio del terreno por sí mismo impide promover la construcción y creación de una empresa, al descapitalizar al empresario”, expuso Luís Novoa, quien alertó que cada vez hay más casos de empresarios del sur de Galicia que se ven forzados a instalarse en el norte de Portugal. “Allí encuentran precios de suelo más razonables y acordes con sus posiblidades, además de facilidades de crédito o mejores servicios, accesos e instalaciones, por no mencionar que la mano de obra es más barata”, concretó.
“Existe demanda de suelo industrial, pero los precios actuales son prohibitivos. En el caso de Aemos, hemos tenido que recurrir a una fórmula novedosa, la del derecho de superficie, que nos permita, mediante el pago de un alquiler al mes, hacer uso del terreno sin tener que adquirirlo. Si hubiéramos tenido que hacer frente a la compra de la parcela, no tendríamos el capital para construir”, explicó José Mañas.
Tanto Novoa como Mañas coincidieron en explicar que la mentalidad de las Administraciones Públicas tiene que cambiar a la hora de valorar los terrenos que se destinan a suelo industrial. “El terreno que se destina a instalar una fábrica o una instalación industrial termina repercutiendo económicamente allá donde se instala, vía retorno de impuestos o con la creación de puestos de trabajo”, argumentaron.
“Es necesario dejar atrás las fórmulas del pasado, pues sólo así podremos ser más competitivos. Todo lo que contribuya a incrementar la competitividad de nuestras empresas contribuirá a que la crisis se supere antes y sentará las bases para un futuro más próspero”, razonó el presidente de Aemos.
Por su parte, el presidente de la CEP hizo un llamado a la planificación: “En este aspecto, las administraciones no pueden ser cortoplacistas, sino que tienen que planificar y consensuar con los agentes sociales, en este caso, con las organizaciones empresariales, los aspectos que afectan a la actividad económica”, dijo.
Otras de las principales demandas que fueron señaladas a lo largo de la reunión fue el acceso al crédito. En este sentido, Luís Novoa aseguró que los bancos habían dado un tratamiento cortoplacista a la crisis financiera. “Se da la paradoja de que, a pesar de que el núcleo duro de su negocio es prestar dinero, se resisten a hacer préstamos, exigiendo garantías imposibles de cumplir, por parte de un empresariado que ha sufrido y resistido, en el mejor de los casos, siete largos años de crisis”. Es por ello que, argumentó, sería razonable que en la gestión del riesgo comiencen a valorarse factores como el proyecto empresarial, quien es el gestor que lo presenta, qué trayectoria profesional tiene, etc, antes de tomar una decisión. “Todos tenemos que reinventarnos, porque las reglas del juego han cambiado mucho”, opinó.
Otro de los aspectos centrales de la reunión la necesidad de que el empresariado se mantenga unido y firme en la defensa de sus intereses, ante las dificultades que atraviesa el tejido productivo. “Está claro que unidos somos más fuertes”, dijo Luís Novoa.
En la reunión de trabajo estuvieron también presentes el vicepresidente, vocal y gerente de Aemos, Ramón Alonso Fernández, Manuel Castro Álvarez y Francisco Domínguez, respectivamente, además del secretario general de la CEP, Medardo Arias.
Posteriormente, todos ellos se trasladaron al Polígono Industrial de A Veigadaña, donde visitaron las instalaciones de Mecanizados y Oxicortes, SL (Mecoxi), y mantuvieron un encuentro con sus responsables, con quienes intercambiaron impresiones. La visita del presidente de la Confederación y de los representantes de la directiva de Aemos fue valorada muy positivamente como una aproximación al tejido empresarial, para conocer de primera mano sus inquietudes.
Tras acercarse al solar donde se construirá la futura sede de Aemos, cuya finalización está prevista para mediados del 2016, dieron por concluida la visita.